lunes, 27 de agosto de 2012



Ella, una dulce chica, tranquila, frágil, inocente, pura y sencilla. Ella está triste, encerrada, sola en su habitación, añorando sus abrazos, sus dulces besos, su mirada, su risa, sus locas manías. El olor de su perfume que la persigue a donde quiera que vaya, ese olor que es como una dulce droga que la vuelve cada vez más adicta. Simples momentos que jamás volverán, simples recuerdos, hermosos recuerdos llenos de felicidad y risas, pero a la vez de tristeza, llenos de dolor y heridas no sanadas. Hermosos recuerdos. Sólo dos personas con un corazón herido que buscan la sanación, unidos por un lazo el cual llamaron amistad. Después de unos cuantos besos dados, de caricias y abrazos llenos de algo más que cariño, era pasión, necesidad de estar juntos. Cada tarde que pasaron juntos estaba acompañada de esos sentimientos de deseo, sintiendo como la lujuria se apoderaba de sus cuerpos, tapando su inocencia, volviéndolos cada vez más salvajes. Su mirada de enamorada, esa sonrisa que no se apartaba de su rostro ni un minuto fue lo único que necesitó para darse cuenta de que, sin quererlo, se estaba enamorando de esa persona que conoció a los 12 años y a quien llamaba su mejor amigo. De un momento a otro su relación comenzó a cambiar, esas tardes de lujuria y pasión habían terminado, dejaron de hablarse y poco después ella se dio cuenta de que ÉL, aquel chico fuerte, pero a la vez sensible, dulce y cariñoso se había enamorado, pero no de ella, era otra que apenas conocía hace unos días. Desde entonces ellos nunca volvieron a estar juntos, ya esas tardes de caricias y besos no volvieron y ella estaba rota de nuevo, con una nueva herida abierta en su corazón, no tan profunda, pero dolorosa.
Una historia de dos amigos que creyeron que funcionaría, que jugaron con fuego, pero él se salvo y esta pobre chica se quemó, se volvió cenizas por ilusionarse con algo que no era real. Ahora debe sanar de nuevo y seguir adelante, con esta herida en su corazón, debe volver a levantarse, limpiar el fango de la grieta y buscar otro camino. Porque de esto la vida se trata, de caer y volver a levantarse, de seguir pese a todas las dificultades, buscando el camino que lleve a la felicidad, de cometer errores, aprender de ellos y crecer. 

2 comentarios:

  1. Porque no se puede crecer sin haberse caido antes..
    Es precioso el texto :)
    Sigue así y mucho ánimo!=)
    Besos desde:
    http://www.sicatorcevidasondosgatos.blogspot.com.es/

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  2. Jo me encanta tu blog, tyienes una nueva seguidora :)) Te pongo el mio pasate si quieres y si te gusta sigueme :) http://flashbacks13.blogspot.com.es/

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